El arte del té
reside en el corazón,
no es posible verlo con los ojos,
al parar la oreja
no hay nada que oír.
Los cien poemas del arte del té
1.
Hace un tiempo me prestaron un libro llamado Tea Stories: Japan. Lo escribió Ausra Burg, creadora de la marca My cup of tea. Ausra empezó a hacer blends y tisanas usando hierbas, botánicos y aceites en combinaciones inusuales. Durante 9 años tuvo su tea shop en el corazón del Soho londinense y en 2023 decidió dejarlo y continuar la venta en negocios selectos y también online. En el fondo Tea Stories es muy simple: cuenta su historia personal, cómo llegó al té, y cómo ese recorrido la condujo a Japón. “Quiero compartir mi viaje y mi descubrimiento personal de esta hermosa planta y todo lo que pasa entre la planta en el campo y el té que bebo”.
2.
La primera vez que visité un cultivo de té fue en Japón. Fue una excursión de medio día en mayo, el mes de la cosecha. Llevaba dos meses viviendo en Kioto, estudiando ceremonia del té en Urasenke. Y esa visita me reveló un mundo nuevo. Visitamos Marukyu Koyamaen, una fábrica productora de té establecida en 1704 en Uji. Su lema es: “Hacer té de calidad como máxima prioridad”, y en el recorrido por la fábrica vimos de cerca los procesos y entendimos esa meticulosidad japonesa, esa búsqueda de la perfección.
Motoharu Koyama, décimo primera generación al frente de la casa y actual presidente de la compañía, tiene un paladar puro. Se crió con algunas prohibiciones que le permiten mantener ese paladar virgen: no toma café ni comidas picantes. La misión de él es catar las sucesivas cosechas de té hasta igualar el sabor original de cada combinación de hojas, que dará como resultado un matcha perfecto en apariencia, aroma y sabor. Como la combinación de notas de un perfume que se repite en el tiempo, estos tés han conservado su sabor original a lo largo de los siglos.
3.
Dicen que el clima y la humedad dieron el ambiente perfecto para cultivar plantas de té. Uji es conocida por su neblina y fue el monje Myoe (1173-1232) quien recibió semillas de té de otro monje, Eisai. Las plantó en Togano, Kioto, y promovió de manera activa la cultura de beber té.
Cuando visité Koyamaen, un grupo de mujeres estaba cosechando hojas de té detrás del edificio. Nos invitaron a recoger algunas hojas que depositamos en canastos. Cada hilera de arbustos tenía delante un cartel con letras en hiragana que indicaban de qué variedad se trataba. Toda la plantación estaba cubierta por una esterilla que dejaba filtrar suavemente la luz del sol, y esta fue una de las invenciones de los japoneses cuando empezaron a cultivar plantas té en suelo local. Así las hojas crecen conservando un color verde fuerte y concentrando aún más el sabor.


4.
Tea Stories tiene un abordaje holístico del té. Incluye entrevistas a una pareja productora de té en Shizuoka, un ceramista en Bizen, una especialista en wagashi, maestros de ceremonia del té… Lo que muestra es la conexión entre todas las partes y también que una taza de té no es algo aislado de la cerámica, ni de los dulces que acompañan, ni de las personas que siguen de cerca esa semilla que crece hasta convertirse en una planta.
El libro incluye descripciones de tipos de té, con recetas veraniegas que Ausra desarrolló junto a la artista Kaori Tatebayashi para este libro. “En las recetas introdujimos aspectos del té y tratamos de romper el concepto de cómo se usa el té en Japón; fue como una aventura de sabores”, dijo Kaori. ¿Las recetas? Ochazuke vegetal, sándwiches de pepino con miso de té y helado de hojicha, entre otras.
Lo que más me gusta es cómo Ausra va intercalando las conversaciones con estas personas y todo el material relativo al té. El libro no tiene índice y fluye de manera natural, sin estructura. En este viaje las fotos son una puerta de entrada a este mundo que aparece retratado en su dimensión táctil, olfativa y sensorial: las texturas de cerámicas y maderas, todas las tonalidades de verde de las hojas de té, la neblina, el vapor…
Tea Stories es armonioso como el té.
Lo más bello sucede en las conversaciones: “Siento que puedo cristalizar la belleza y lo efímero que encarnan estos dulces japoneses con mis propios ideales”, dijo Sayoko Sugiyama, un poeta que se dedica a hacer wagashi. Cuando Ausra le pregunta por su wagashi preferido, dice que le gustan todos: “Cuando veo uno, es como ver la cara de un amigo”.



5.
Mientras escribo estas líneas, Koyamaen y otras marcas reconocidas de té anuncian que no pueden proveer de matcha a los compradores. En su página web se lee este mensaje:
“Hemos recibido un número inesperado de compras en los últimos meses. Teniendo en cuenta la escala de producción, lamentamos anunciar que la disponibilidad de matcha será limitada de ahora en adelante. Es por eso que muchos productos figurarán como agotados. Entendemos los inconvenientes que esto puede traer y repondremos estos ítems agotados tan pronto como sea posible”.
Ippodo difundió un mensaje similar: “La producción no da abasto con la reciente alta demanda de matcha”. Aparentemente fue un furor disparado por tiktokers estadounidenses.

Me acordé de un fragmento de una carta que Tokue le escribe a Sentaro en la novela Dorayaki: “Cuando hago pasta de aduki miro de cerca el color de la cara de cada poroto. Les doy mi consentimiento para que me hablen. Imagino un día de lluvia o uno despejado del que ellos han sido testigos. Escucho lo que tienen para contarme sobre el viento que los hizo llegar hasta mí”.
Esa es la sensibilidad japonesa que conmueve: la que puede contemplar que el aduki es un poroto que vino de la naturaleza. Y sentirse agradecida por ello. Hagan el ejercicio de reemplazar aduki por té. Las hojas de té para la producción de matcha son limitadas y sólo pueden obtenerse una vez al año.
Los y las invito a ustedes, lectores y lectoras, a que valoren también la taza de té que preparan y que toman, o esa taza de té que les sirven. Que puedan contemplarla también en su totalidad, saborearla con calma. El té tiene una temporalidad diferente a la de Tik Tok.
(Un paréntesis, un cafecito) → Esta newsletter es gratuita y se sostiene con los cafecitos que ustedes, lectores y lectoras, aportan. ¡Gracias por eso! Gracias por todos los comentarios del envío anterior… parece que las tintorerías tienen un lugar en el corazón de muchos de ustedes.
Les dejo el link en caso de que quieran colaborar: Un cafecito para Un Japón propio.
6.
Dos pétalos caen
y la forma de la peonía
ha cambiado por completo
Shikibu
En tan solo unos días estaré en Trevelin, Chubut, para hacer una ceremonia de té en un campo de peonías. Para mí es una alegría volver a ese lugar mágico llamado Taiyo Jardín Cordillerano. En el campo al aire libre y rodeados de peonías, con la montaña de fondo, haré una ceremonia de té en la que serviré un dulce japonés y un cuenco de matcha. ¡Gracias, Meraki Sur, por hacerlo posible!
Más información e inscripciones: info@merakisur.com // WhatsApp: +54 9 2945 653031


También ofreceré una degustación de matcha en Tea & Haiku, la casa de té de Estrella Cerocchi en Esquel. La idea es acercarles distintas variedades de té matcha para que puedan apreciar sus sabores, texturas, aroma y complejidad. Cada té irá acompañado de un dulce.
Sábado 7 de diciembre a las 18:00 hs
Más información e inscripciones: +54 9 2945 50060 (WhatsApp)


7.
A principios de noviembre, Urasenke Argentina recibió una Distinción del Ministerio de Relaciones Exteriores del Gobierno de Japón, el “Premio Canciller”; es un reconocimiento a las instituciones y a las personas que contribuyen a fortalecer los lazos entre Argentina y Japón.

La ceremonia estuvo encabezada por el Sr. Embajador de Japón en la República Argentina, Yamauchi Hiroshi, que hizo un breve repaso por la historia de Urasenke Argentina y recordó que este año también celebramos el 70° aniversario de la institución.


Tsuneko Oshiro sensei realizó una demostración de ceremonia de té y luego servimos un manju y una taza de té para todos los presentes. Como Presidenta de Urasenke Argentina, dije unas palabras de agradecimiento que ahora quisiera compartir de manera resumida:
A lo largo de nuestra historia, fueron muchas las personas que formaron parte de la institución y la razón por la que recibimos este reconocimiento es gracias al trabajo y al esfuerzo de cada una de ellas.
Dos de nuestras sensei, Arimidzu Emiko sensei y Oshiro Tsuneko sensei, fueron distinguidas por el gobierno de Japón. Okuda sensei, Shirahase sensei, Higurashi sensei y Maruoka sensei son maestros que también forman y formaron parte de esta red de aprendizaje que se da en la enseñanza de la tradición del té. Kenkichi y Norma Yokohama fueron figuras clave en los inicios.
Agradecemos a todas las instituciones y personas que nos apoyan en este largo camino. Y por supuesto, a las distintas generaciones de practicantes de té: la vieja y la nueva guardia. Los senpai y los kohai. Ellos son la razón de ser de Urasenke Argentina.
Noviembre fue también el último mes de práctica de 2024 en el Centro cultural e informativo de la Embajada de Japón. Reanudaremos las clases abiertas en ese espacio en marzo 2025. ¡Agradecemos a todos los que se acercaron a ver nuestra práctica, y los esperamos el año que viene!
8.
Vuelvo a Tea stories. Ausra escribe: “Siempre tomo un té herbal con algo rico antes de ir a la cama y es mi momento favorito de tranquilidad”. El año que viví en Japón cenábamos muy temprano y yo me quedaba despierta un rato más leyendo y repasando lo que había que hacer al día siguiente. En esas horas de la noche siempre me acompañaba un té y algo dulce. Mantuve esa costumbre. Estos días son té de lavanda, el que me regaló Estrella, cosechado por ella misma en el campo de Esquel. Son días agitados, de dar cierre a los ciclos de este año.
Les deseo a todos un té y algo rico para disfrutar el momento en el que el día termina y empezamos a proyectar… ¡el descanso!
Hasta la próxima,
M a l e n a
PD. ¡Gracias Flor por acercarme el libro!
Hermoso leerte Malena. Por un ratito mi mente vuelve a Japón. Gracias!🙏